Quiero ser cristiana

Alumnas de IIº medio, dos de IIIº medio y cinco alumnas de los Talleres Vespertino hicieron hoy su Confirmación. La ceremonia fue presidida por monseñor Cristián Roncagliolo, obispo auxiliar y vicario general de Santiago, acompañado por el padre Juan Pablo Moyano y nuestros capellanes padres Fernando Iacobelli y Federico Ruiz. El coro de alumnas y mamás del Colegio, dirigido por la profesora María Elena Domínguez, engalanó la ceremonia con sus preciosos cantos.

Monseñor Roncagliolo comenzó sus palabras haciendo mención a lo que significa ser cristianos en momentos de crisis, el ir contra corriente y de la misión en momentos así, comparándolo con los tiempos de los apóstoles, que tienen miedo y que Cristo los invita a salir, en un momento en que eran minoría y significaba contradecir la cultura de la época.

Habló también de cómo pueden dar testimonio de esta fe y del don que recibirán con la Confirmación:

  • Lo primero es que la fe es un don que recibe uno como gracia, pero que se tiene que dar testimonio, osea soy cristiano, quiero ser cristiano y soy iglesia donde esté, con todo lo que eso significa.
  • Luego les dijo que tienen que ser cristianas en la iglesia, siendo iglesia, dando testimonio de esta fe y en comunidad. Porque nos relacionamos con Dios en la comunidad de la Iglesia y por eso recibimos los sacramentos que son un don personal en la iglesia.
  • Lo tercero, es que uno quiere irrumpir en el mundo con el Evangelio de Cristo, ser testigos de Cristo y para eso no es necesario ir a lugares alejados, por el contrario, uno muestra con su vida la atracción de Jesucristo, que es alguien atractivo que está en mi. Estamos llamados a ser ventana, para que los demás a través de esa ventana lo vean y conozcan.
  • También de la felicidad de ser cristianos, de la alegría de la fe. Felicidad que brota de estar convencidos de tener una vida con sentido y consistencia y puede darle sentido y consistencia a la vida de los demás.

«Cuando se comprende así la Confirmación, uno se da cuenta, que en medio de una época de crisis de la Iglesia, uno se transforma en una buena oportunidad porque el mundo y la Iglesia van a cambiar no sólo porque la queramos cambiar sino porque nosotros vamos a cambiar.»

La conversión y nuestra propia conversión es el inicio del cambio.

Palabras con las que monseñor Roncagliolo las invitó convertirse al amor de Dios y a tomarse en serio la vocación a la santidad, pudiendo cambiar la iglesia, Chile y la historia.