La historia cuenta que San Bonifacio plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con manzanas y velas. Esta tradición se difundió por toda Europa en la Edad Media y luego al resto del mundo. Con el tiempo las manzanas y velas se cambiaron por esferas y luces.
Los adornos más comunes son:
- Estrella: Colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella que guió a los Magos hasta Belén.
- Lazos: Tradicionalmente los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desea dar y recibir.
- Luces: En un principio velas, representan la luz de Cristo
- Esferas: En un principio San Bonifacio adornó el árbol con manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas o esferas, que simbolizan los dones de Dios a los hombres. Las esferas y sus colores simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento. Las doradas representan las oraciones de Alabanza; las azules las oraciones de arrepentimiento, las rojas las oraciones de petición y las plateadas las de agradecimiento.