En el año 1223 san Francisco de Asís con sus discípulos realizaron una representación del Nacimiento de Jesús, prepararon un establo y personas del pueblo representaron los personajes y animales de verdad. Mucha gente con sus antorchas encendidas vieron esta bellísima obra. Fue tanto lo que gustó esta idea que se comenzó a realizar en toda Italia.
En los siglos XIV y XV se hicieron las primeras figuras que representaban el nacimiento del Niños Dios. Con el tiempo, esta tradición, se extendió a todas partes del mundo.
Los pesebres o belenes nos invitan a revivir el nacimiento del Niño y a reflexionar sobre la pobreza de la Sagrada Familia que nos llama a imitarle con auténtica sencillez.