Eutanasia en tiempos de pandemia

Javiera Bellolio Avaria es Abogado por Universidad de los Andes, Magíster en Bioética por la Universidad Católica y actualmente trabaja en el Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo. Está casada, tiene tres hijos y es mamá del Colegio Los Alerces. 

Entrevista realizada por ex alumnas del Colegio Huelen (@exalumnashuelen).

Javiera, cuéntanos de ti, tu carrera profesional y el trabajo de investigación en Bioética que has estado realizando los últimos años .

Con respecto a mi carrera profesional, siempre tuve claro que mi área iba más por el lado humanista. Cuando llegó la hora de decidirme por una carrera confieso que estaba medio perdida: ¿Derecho?, ¿Periodismo, ¿Historia?. Finalmente, no tan convencida, entré a Derecho, ya que, según me decían, era una carrera muy formativa y que tenía ramos de historia, filosofía y la posibilidad de “explayarse”.

Nunca me convenció demasiado la carrera y recibirme no fue fácil, pero seguí el consejo de una tía que también es abogado: “termina tu carrera, ya verás si te dedicas a otra cosa después, como por ejemplo hacer tortas” (claramente no sabía que mis dotes no iban por el lado culinario). El examen de grado lo di estando casada, y, cuando estaba haciendo la práctica, recibí 2 noticias con un día de diferencia: estaba esperando guagua y mi marido había sido aceptado para hacer un MBA en el MIT, Estados Unidos.

Recuerdo que en un almuerzo, en la casa de unos amigos, salió el tema de qué podía hacer durante esos meses antes de tener la guagua y partir a Boston. Fue en ese almuerzo cuando escuché por primera vez la palabra “Bioética”…rama de la ética que estudia las interrogantes que se originan respecto al inicio y fin de la vida (aborto, eutanasia, cuidados paliativos, clonación, edición genética, etc.), investigación en seres humanos, bioderecho, ecología, ética animal, etc. El avance de la ciencia y la técnica ha sido tan rápido y vertiginoso en los últimos años, que es importante reflexionar si existen algunos límites. 

Es así como ingresé al Magíster en Bioética que estaba impartiendo la Universidad Católica. Alcancé a hacer un semestre y a la vuelta de Estados Unidos lo terminé (ya con 2 niños). Uno de los ramos que más me gustó fue Bioética y Derecho: al fin le encontraba un sentido a mi carrera. Sin embargo, me faltaba la tesis para titularme…Tuve al tercero de mis niños y entré a trabajar como abogado a un estudio donde estuve 6 años. En el intertanto, me llamaron para preguntarme si me animaba a hacer la tesis y así obtener el grado de Magíster.

Elegí el tema de la eutanasia, ya que recientemente se había presentado un proyecto de ley en esta materia en nuestro país. Me pareció interesante estudiar el caso holandés, primer país en despenalizar la eutanasia el año 2002, ya que había mucha literatura disponible, y se citaba en Chile como ejemplo a seguir. El año 2017 defendí mi tesis y el año 2018 entré a trabajar al Centro de Bioética de la Universidad del Desarrollo, donde los temas que más me ha tocado desarrollar son aspectos éticos al fin de la vida (eutanasia, suicidio médicamente asistido, cuidados paliativos) y ética de la investigación.

El año pasado en nuestro país, se presentó otro proyecto para legislar sobre la eutanasia. La Comisión de Salud aprobó la idea de legislar, incluido el caso de menores de edad. Debido a la contingencia no se siguió adelante con la discusión del proyecto, pero es cuestión de tiempo que se retome. 

En vista de que esta pandemia ha traído más muertes a nuestro país y el tema está latente,  queremos saber: ¿Qué se entiende por «Eutanasia»?  ¿Cómo debemos tocar el tema de la Eutanasia en Chile? 

El día 20 de mayo vimos con preocupación que las cifras de contagios diarios llegaron a 4.038 y la de personas fallecidas a 35, cifra más alta en lo que va de esta pandemia en nuestro país. A raíz de esto, temas como la eutanasia, adecuación del esfuerzo terapéutico, encarnizamiento terapéutico y cuidados paliativos han vuelto a salir en los medios. También, debido a casos dramáticos como el de Italia y España en su minuto, y, recientemente en Chile, se ha debatido sobre el denominado “dilema de la última cama” (o del último respirador), que consiste en que, ante la situación de escasez de recursos, ¿cómo decido respecto a qué paciente crítico se prioriza por sobre otro?.

En estos temas hay mucha confusión conceptual, por lo que es muy importante ir despejando conceptos: ¿qué es y qué No es eutanasia?

Eutanasia, según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, “es la conducta intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico”. Por ejemplo el médico le suministra una inyección letal a la persona.

Suicidio médicamente asisitido (SMA): la diferencia con la eutanasia es que el acto final lo realiza la persona; el médico lo ayuda, por ejemplo, le facilita una receta, medicamentos para la autoadministración, o le otorga una prescripción médica para que este los adquiera cuando lo estime pertinente.

La diferencia entre estos conceptos es importante ya que hay países en que ambas prácticas están permitidas: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia y Canadá, en tanto el SMA, excluyendo la eutanasia, está permitido en: Suiza, Victoria (Australia) y en 7 Estados de EEUU.

Un acto por tanto, cuya intención es otra, aunque tenga como consecuencia que el paciente muera, No será eutanasia. Estos serían:

Limitación o adecuación del esfuerzo terapéutico (LET): consiste en no iniciar o suspender tratamientos por su desproporción o inutilidad para el paciente. Es la enfermedad la que produce la muerte, no el actuar del profesional.

Encarnizamiento terapéutico:  se inician medidas o no se adecúan tratamientos, los cuales (iniciar o no adecuar) son desproporcionados, fútiles y en definitiva solo prolongan el sufrimiento del paciente

Cuidados paliativos: son los cuidades apropiados para el paciente con una enfermedad avanzada y progresiva, donde el control del dolor y los síntomas, así como los aspectos psicosociales y espirituales cobran mayor importancia. Los cuidados paliativos no adelantan ni retrasan la muerte, sino que constituyen un verdadero sistema de apoyo y soporte para el paciente y su familia.

¿Y el “dilema de la última cama”?

Si hay dos pacientes que requieren ventilación mecánica, en principio no se debería desconectar a uno para conectar a otro con mejores posibilidades de sobrevida, ya que ambos pueden beneficiarse potencialmente del uso del respirador. Ahora bien, distinto sería el caso de un paciente agónico, en el cual la ventilación mecánica solo prolonga la sobrevida, pero no tiene posibilidad de recuperarse; suspender una terapia inútil en este último, sería un caso de adecuación del esfuerzo terapéutico y uso racional de recursos escasos, y No eutanasia. En el caso que se de esa adecuación terapeútica, es muy importante que ese paciente reciba cuidados paliativos para sobrellevar lo que le queda. Es parte del principio de No abandono del paciente.

Han salido varios documentos con lineamientos éticos para ayudar al personal médico a la toma de decisiones, en el caso de verse enfrentado a una situación así de compleja. Aquí es clave el rol de los Comités de Ética Asistenciales en el apoyo de los equipos tratantes. Lo importante es que no haya discriminaciones arbitrarias en la toma de decisiones, por ejemplo, que no se decida solo en base a la edad del paciente o a su condición socioeconómica. 

¿Qué riesgos corremos al hablar de una despenalización de la Eutanasia en nuestro país?

La experiencia holandesa no ha sido tan “exitosa” como se cree. El año 2017 se registraron 6.585 solicitudes de eutanasia (solo se notifican el 80% de los casos). A las causales iniciales se han sumado otras solicitudes por “cansancio de vivir”, eutanasia doble, alcoholismo, por tener tinnitus, e incluso han aumentado los casos de eutanasias involuntarias en personas con enfermedades psiquiátricas o con demencia. 

De aprobarse una ley de eutanasia en Chile, pensar que en nuestro país no ocurriría una ampliación de causales como en Holanda, me parece bastante difícil de creer, más aún cuando el proyecto presentado no contempla la existencia de una Comisión Revisora (ex ante o ex post).

Más que discutir ahora sobre una eventual ley de eutanasia debiésemos abocarnos en que exista acceso universal a cuidados paliativos para todos aquellas personas que los necesiten (enfermedades crónicas), ya que hoy en día solo los pacientes oncológicos tienen cobertura auge.

Muchas veces detrás de una solicitud de eutanasia o suicidio médicamente asistido lo que hay es un “grito de ayuda”, un “no quiero morir solo”. Tan terrible como la pandemia del coronavirus puede resultar la pandemia de la soledad.